martes, 26 de febrero de 2008

CONSCIENCIA...


Muchas veces soy consciente de que paso de largo delante de algo importante,

tan importante como que es la esencia, el principio de todo...


Las preocupaciones de la vida hacen

que uno se olvide de lo que verdaderamente importa.


Divagaciones, comeduras de tarro, paranoias a veces...


Y paso el tiempo prestandole demasiada atención a lo que no tengo

o quizás a lo que el otro sí tiene

o a lo que me gustaría tener, parecer o ser.


Menos mal que hay días en los que la vida se te manifiesta como en una especie de visión,

una auténtica bofetada benéfica,

un regalo inesperado

que sólo yo puedo atrapar y disfrutarlo o

dejarlo pasar.


Es algo imposible de compartir.

Es una experiencia íntima,

la más auténtica que el hombre puede sentir.

Lo más “íntimo a uno mismo”...


Es posible que sea lo que nos diferencia de los demas seres que existen sobre la tierra:

la CONSCIENCIA de uno mismo.


Y todo empieza de la forma más anodina posible...


Un paseo en bicicleta

A la orilla de un río,

escuchando mi música preferida

disfrutando de los olores y colores de la primavera adelantada...


O simplemente el estar sentado en una terraza

tomando un café

cara al sol,

al verdadero sol

que no quema pero que acaricia...


Mis sentidos despiertos

consciente de todo lo que soy.

Y el vello de mi piel que se eriza por nada,

y las lágrimas que me vienen porque sí,

y el placer de saberse vivo, VIVO.


Todo empieza ahí,

en esos momentos soy verdaderamente hombre, existente, ser-viviente-consciente.

Menos mal que eso ocurre

porque si no,

pasaría de largo de lo que es

la auténtica felicidad.


domingo, 17 de febrero de 2008

Apología del psicoanálisis

He pasado la tarde con dos amigas. Una de ellas ha roto con su novio
(bueno, ya lo ha hecho muchas veces en pocos meses) .

Y nos hemos ido los tres alrededor de una mesa de café a intentar comprender qué es lo que pasa,
una especie de "autopsia" de la situaci
ón, a tres.
Y nos hemos puesto a mirar sin ambages pero con mucha ternura, analizando todos los vericuetos de la situación.

Pasan por encima de esa mesa los problemas familiares, los traumas de la infancia de él.
Yo hablo de la gran exigencia que la caracteriza a ella.
Ella casi llora relatando los momentos de intensidad compartidos.
La otra escucha y calla, porque ya ha oído varias veces la misma historia
y sabe que nuestra amiga volverá con él,
y que quizás dentro de unas semanas o unos meses
la historia se repetirá...

Hablamos y hablamos.

Y pienso e intento decirles que, según mi experiencia, en la vida no hay nada definitivo.


El río imparable, inexorable y caprichoso de la vida...

Los sueños que creemos irrenunciables,
los principios que pensamos permanentes,
las situaciones que vemos absurdas...
todo termina cambiando, todo es relativo...
¡Es la gran aventura de la vida!

Y en medio de todo eso estamos nosotros,
pequeños trocitos de madera llevados por ese río adelante, adelante...

El paso del tiempo me ha hecho comprender que no tenemos el control,
que la vida es riesgo.
Y aunque eso nos desoriente bastante, quizás sea mejor así.
Porque así nos abrimos a la sorpresa.
Agradable,
desagradable,
injusta,
merecida...
pero siempre sorpresa permanente.


Si no soy “todopoderoso” tampoco soy “todo impotente”.
Sí que puedo hacer hacer algo para que mi vida tenga un sentido.
Puedo...
decidir
,
¡tengo que decidir...!

La decisión se impone a mí como una necesidad.

Puedo enfrentarme a ella como el que la soporta, el resignado sufridor...
Me viene a la mente la imagen del Cristo que sufre como un cordero llevado al matadero. El que lleva la cruz, se resigna...

¡Pura imagen real pero tambien manipuladora! Porque el que se queda ahí, a medio camino,
adepta una vida hecha de sufrimiento.


Pero también puedo adoptar otra postura: la del luchador, del que intenta comprender, darle un sentido, analizar, reajustar, afrontar, revivir, resucitar...

Entonces mi vida cambia
y adopta una forma totalmente inesperada.

Seguro que muy alejada de lo que soñé siendo un niño,

pero real, consciente, elegida y ... ante todo... madura.



Aceptar, conocer, buscar...



Lo que niegas te somete,

lo que aceptas... te transforma.

“Principio budista”

viernes, 8 de febrero de 2008

"Tal como eres" de El canto del Loco



Escucho esta canción y me emociona, me hace vibrar.
Por mi cabeza pasan muchas imágenes, muchas caras conocidas y situaciones vividas
pero nadie en concreto llega a apropiarse de la canción.

Es como un diaporama por el que van pasando momentos íntimos con algunos,
momentos vitales con otros...

Voy deslizando las imágenes a medida que avanza la canción.

Y aparece mi "multitud" de amigos,
y vienen de Africa, Barcelona, Toledo, Madrid,... España, Francia...de aquí y de allí.
Tantos lugares por los que he pasado y en los que he amado.
En todos, dependiendo de mis circunstancias,
encontré a gentes que aunque puede que no vuelva a ver
viven en mi recuerdo,
en mi corazón.

Es un repaso rápido de caras conocidas y queridas que se van identificando progresivamente con la letra de la canción.
A cada frase corresponde alguien,
alguna situación vivida hace poco,
algunos o
casi cuarenta años.


Me gusta escuchar cosas así, identificarme,
dejar volar mi imaginación cuando voy a "toda leche" en mi bicicleta por la mañana al trabajo...
Y cantar,
tener ganas de abrir los brazos y abrazar el aire,
un abrazo que enbloba a todos los que quiero,
que son muchos...
y en muchas partes del mundo.

Creo que estoy preparado para envejecer.
Estoy preparado para empezar a recordar, ¡he vivido tanto! y tan intensamente...