domingo, 18 de mayo de 2008

... Y CAMBIANDO...




Se trata de volcanes aparentemente dormidos,

de energía imperceptible

que se revuelve en el interior.

Una fuerza que se acumula,

que se acumula...

Una vida que está a punto de estallar,

de florecer,

de arriesgar.


Sientes que algo se prepara

que algo te gustaría que pasase...

¡Revoluciones “in uterus”

que ya has vivido,

alumbrado!

Algo que se repite.

Tu propio “samsara” de vida inacabada.

Energías que vienen y vuelven

que explotan y se renuevan.

Siempre en ebullición,

siempre en proyecto.


Ese soy YO.

Ese somos muchos.

Deseamos ser... algo.


Somos alguien

porque nuestras vidas están en permanentes revoluciones,

vueltas de tornillo que atraviesan la pared

pero

que se encuentran con otra capa,

y otra,

y otra...



Son

los espesores infinitos que forman nuestro corazón

construido

a base de tanto llanto, de tanto deseo, de tanto amor no-dado

que sólo quiere saltar a la superficie y

explotar

en un fluir de sueños que cambiarán en camino,

que se solidificarán formando figuras totalmente impensables, imprevistas...

¡el verdadero paisaje de nuestras vidas!


Erupciones que forman el genio humano,

que construyen la gran leyenda que llaman historia

y que está compuesta de ese número infinito

de seres que buscan y encuentran,

que rebuscan y reencuentran

en el permanente evolucionar hacia

ese YO único

que somos todos.



Mi revolución,

tu estallar,

su florecer...

son la energía que hace que este mundo sea “vivible”.

Y

determinan el paisaje,

rocoso,

llano...

siempre virgen

del humano.








Fotos: Renan Larzul

lunes, 12 de mayo de 2008

CAMBIANDO


Te miras en el espejo, y ves que estás cambiando.

No te quejas, no te sientes mal, simplemente estás cambiando,

tu cara, tu cuerpo...


Los mismos ojos, pero con otra luz,

la misma barba, pero más blanca.

Tu cuerpo...

cambiando.




Sientes que aún hay cabezas que se vuelven,

ojos que te siguen,

deseos que se encienden...

y sin embargo,

en lo más profundo,

no te engañas...




Es algo que el hombre no puede evitar, el paso del tiempo.

Es su lucha eterna, su carrera contra el reloj.


El tiempo pasa,

y los cuerpos cambian,

y los pensamientos,

los deseos,

los sueños,

los escalofríos...

todo el resto está ahí, soportando, aguantando.




Miras tu vida desde una cierta perspectiva ya.

No tienes que alejarte mucho para comprender lo que antes te parecía un misterio.

Las razones que te llevaron a tomar decisiones,

ésas, las verdaderas

las que antes te era imposible mirar cara a cara,

ahora son claras,

están ahí,

son

casi

evidentes.


Se imponen

sólo con recordar,

con hablar de tus recuerdos,

con querer comprender tu vida.




Y también miras a los ojos a los sentimientos,

a los cariños dados,

a los que no te atreviste (¡fueron tantos!),

a los que soñaste ...

y

descubres

que amaste en sueños (tanto, tanto...)

porque ...




Soñabas, soñabas... Querías cambiar el mundo,

y al final lo que tenías que hacer

era

simplemente

ser consciente de tí.


Querías salvar al mundo, e ingenuo de tí,

estuviste a punto de perderte la vida.




Tu vida...

y ves con alegría, que no has hecho lo que pensabas, lo proyectado.

Los planes de juventud se han visto trastocados porque hay elecciones,

hay momentos en los que, un ángel bueno, te tuerce el brazo y te sale un NO enorme, gritado, a pleno pulmón.

Y te desgatiñas, y lloras sintiendo que es justo lo que deseabas...


El deseo, TU deseo.







foto: Renan Larzul