lunes, 30 de marzo de 2009

¿MERECE LA PENA?

Foto realizada por Jesús. Título: "Orante en Saint-Jean-l'Evangeliste, Paris"


Pagas un precio,
¿merece la pena?
Hipotecas tu vida,
sacrificas tus ganas,
vendes tu alma
simplemente para que los otros te quieran,
simplemente.

Narcisismo herido del que siempre deseó ser amado
y que sólo lo consigue en un sueño,
en un instante,
en una oración.

Actúas igual que un actor aficionado,
¡pobre actor!.
Te exhibes como una prostituta en cualquier esquina,
¡pobre puta!.
Te niegas por treinta monedas como un vulgar Judas,
¡pobre Judas!
Y sientes, que a pesar del precio,
a pesar de las apariencias
tu alma sigue siendo un desierto,
tu soledad está aún más encerrada
en ese mundo de ilusiones vanas,
de falsas sonrisas,
de discursos ya preparados.

Te prohibes pensar.
Adhieres ciegamente a los dogmas que "Ellos" te enseñan.
Y todo para que te quieran.
Todo para tener la impresión de formar parte de un grupo,
de una Iglesia,
una "familia".

¡CARO es el precio que pagas!
ENORME el sacrificio que haces.
Tu VIDA, ¿no es éso lo que importa?

Quizás no.
Quizás, lo que tú buscas es
no sentir el viento helado de la soledad,
no vivir el riesgo amargo de la libertad,
y estar seguro,
en ese vientre materno ultrajado
por tanta mentira,
tanta manipulación,
por pura hipocresía
y miedo,
y poder...

viernes, 20 de marzo de 2009

Círculos

Foto: yo



Círculos concéntricos alrededor de un misterio.
Vueltas y vueltas de tornillo sobre un elemento fundamental:

una imagen en la más tierna infancia,
una caricia no sentida,
una mano ladrona,
algo que me falta...

Cualquier cosa,
por insignificante que parezca,
puede ser el nudo alrededor del cual gira la vida.

Inexorable.



Es la misma piedra en la que caigo una vez,
y otra,
cuando el guardián duerme,
cuando el vigila de mi consciente está ocupado en el vivir cotidiano.



Pigmento repetitivo y totalmente inconsciente que ha dado a mi vida el color que tiene.


Razón no confesada que me ha llevado a elegir un rumbo,

a recorrer un camino,

a escojer una persona,

a odiar, sin saber por qué, tal o tal cosa...


Búsqueda de "mí" llena de sentido. Eterna.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Mi planeta Martos...

Foto: Renan Larzul

Universo denso, espeso.
Mezcla de átomos imbricados que forman una masa compacta.
Seres interdependientes que interrelacionan para huir de la soledad, para crear una falsa sensación de autosuficiencia.
Sensación de asfixia, de ya visto... pero que conforta, que pacifica y que, al mismo tiempo, somete.
Cercanía excesiva que repele la novedad, que promueve el conservadurismo.
Religión estrecha en la que el libre pensador es reo de muerte.
Lenguas emponzoñadas porque "si el río suena..."

Y sin embargo, hay como una nostalgia, como un dolor en mí cada vez que debo dejarte.
Quizás porque no te sufro día a día y porque en tí creé mis cimientos.

Estás en el fundamento de todo lo que he llegado a ser, de lo que soy, de lo que seré.
Vives en mí.
Aún oigo tus cohetes,
huelo tu olor a aceite,
vibro con tus tambores de viernes santo...


Creo que te quiero.
Sí, te quiero porque eres mi pasado.
Y cada vez que voy a verte,
que contemplo tu plaza,
tus calles blancas, estrechas y empinadas, es un retorno al pasado,
un viaje al presente no realizado.

Mi niñez se quedó contigo, mezcla de altares y de sueños de libertad.

Tuve que irme, tuve que abandonarte para poder existir.
Yéndome, me uní para siempre a tu recuerdo, a tus olores, a tus olivos...
Tu masa me ahogaba, la interdependencia era mi muerte, la autarquía de tu comunidad, mi hambre.
Me fuí para poder realizar mi sueño,
¡puro pretexto para el encuentro conmigo mismo!

Tuve que matarme, hacerme el harakiri para poder resurgir de las cenizas de mi tristeza.
Y hoy, lo conseguí, soy un hombre.
Libre, fundamentalmente libre.
Y con un amor clarividente
hacia esas calles empinadas,
esa peña,
ese cielo,
ese aire...

lunes, 2 de marzo de 2009

LOS OTROS


Les necesito. Me rodean por todas partes.
Nunca me podré desembarazar de ellos.
Me son indispensables. Les odio. No puedo vivir sin ellos.
Incluso les debo la vida.

Me han condicionado, dirigido, alegrado, defraudado...
Si miro en mi historia, siempre han estado ahí aunque no haya querido verlos.
Son los fantasmas decisivos en mi realidad,
los seres reales, los existentes que han determinado mis fantasías.

Sus Ojos, sus miradas,
sus Bocas, sus palabras,
sus Gestos...
Y en frente,
los míos. En comunicación permanente. Yo dependiente, ellos demoledores.

La nuestra, una historia de amor y odio.
Una lucha de contrarios en un campo de batalla que es mi interior.

Son los OTROS,
esos semejantes a los que tanto me une y de los que tanto me aleja.

OTROS...¡yo también formo parte!
Es difícil estar y no estar en un mismo conjunto. Dentro y fuera a la vez.
Y sin embargo es real. ¡Qué locura!

¿Cómo juzgar, opinar, condenar o absolver si, al mismo tiempo, soy juez y acusado?
¿Cuál es mi defensa?
¿Por qué voy a ser yo mejor que el resto de esos "OTROS" de los que, a pesar mío, formo parte?

¿Cómo mirarlos? Odio...Piedad...Desazón...
¿Cómo mirarlos? Comprensión...Desprecio...Esperanza...
¿Cómo mirarlos? Ternura...Pesimismo...Amor...

¿Cómo mirarme?

¿COMO MIRARME?