viernes, 29 de mayo de 2009

¡¡OGROS!!





Eliges, (¿eliges?)
ser odiado.
Prefieres, (¿prefieres?) ser temido.

Ojos, rojos de furia, mirando.

Palabras amenazantes, gestos intimidantes.
Prometes violencia,
vomitas insultos que hacen daño, mucho daño.

Eres el ogro temido,
el que la gente evita en la calle,

el que es mejor no despertar, no provocar.


Creas a tu alrededor un ambiente de miedo.

Nadie osa hacer un ruido o llevarte la contraria.

Explotas cuando menos se espera.

Eres un experto en crear decepción
.

Vivir contigo es vivir alerta.
Porque cualquier cosa puede malinterpretarse,

sentirse como una afrenta,

o quizás

como un abandono.


Porque, detrás de ese disfraz
existe un hombre débil.
Sí, débil.
Porque la violencia es fruto de tu impotencia,

de tu miedo,

de tu fragilidad.


Tienes miedo.
Sí,
mucho miedo.

De la claridad radiante de la verdad,

de los colores vivos del presente,

de los sueños enterrados en el pasado.


Estás herido.

Como la bestia atravesada por la flecha
te debates.
Lo destruyes todo
porque sientes un escozor en el alma,
un enorme vacío en el recuerdo.




Me siento impotente.
Quisiera lavar tus heridas,

poner un poco de bálsamo en tus yagas.

Pero tan sólo aceptas mi silencio cómplice

testigo de tu infelicidad.



Sólo queda intentar apaciguar tu cólera
con el agua viva de la esperanza.

sábado, 23 de mayo de 2009


Cuerpos entrelazados.

Bocas temblorosas que se besan.
Lenguas que se cruzan, que invaden espacios infinitos,
que rozan y devoran.

Labios que se muerden, desesperados, ante tanto sentido.
Dientes que descubren placeres insospechados.
Saliva que es miel regalada.

Manos que recorren todo, sin secretos, sin miedos...

Mirada que atraviesa, decidida, entregada.
Ojos en los que mirarse,
espejo límpido en los que ver el deseo.
Párpados que se cierran para sentir mejor.
Conciencia concentrada en milímetros.

Estallido.
Incendio inextinguible en la piel .
¡Cada contacto, cada roze quema más!

Rictus extraño en el rostro,
acto reflejo, respuesta instantánea, mueca irrepetible.

Sudores mezclados, pieles resbaladizas,
sal bebida, lamida...

Movimientos espasmódicos de un cuerpo que ya no te pertenece,
que obedece, que ordena...
Simbiosis perfecta.