martes, 30 de junio de 2009

...CREER...



Noche cerrada.
No hay luz, no hay ruidos.

Silencio y oscuridad.

En tu cuna abres los ojos de par en par.
Alargas el brazo. Buscas, buscas...

Oscuridad. Silencio.

Es infinito el brazo que busca alcanzar la luz.
El corazón que late a todo tren se ensancha en la esperanza.
Las lágrimas del miedo se convierten en energía vital, desesperada.

El brazo, más lejos.
La oscuridad, más densa.
El silencio, atronador.

Una búsqueda, una esperanza, una necesidad...
Querer encontrar ese alguien que te consuele,
que te proteja,
que te de seguridad.

Sabes que hay algo,
que ese ser protector está ahí.
Aunque no lo veas, está ahí, en el infinito.
Estás seguro,
a pesar de estar inmerso en el pánico de la noche,
en el vacío de la soledad,
en el vértigo del miedo.

Estás seguro.
Crees, sí, crees.
No puedes dejar de creer porque sino
morirías.

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Años más tarde descubres
que toda tu vida
ha sido un inmenso esfuerzo
para alcanzar a esa persona.
Y que la fe, se te ha impuesto.
Que tu relación con ese Dios
tiene su origen en esa mano ausente,
en ese esfuerzo por tocarlo,
por sentirlo, por amarlo.
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Yo quiero estar ahí, al otro lado, para tí, mi niñ@.
Quisiera que tus esfuerzos, que tu búsqueda, no tengan que ser infinitos.
Que tu mano me encuentre,
que tu angustia se calme.

Y así, agarrando tu manita en mi mano
poder mostrarte, allá, a lo lejos,
que hay un más allá posible.
Que el calor de mi mano, que la seguridad de mi fuerza,
son simples indicios de lo que existe allá
y
en tí.



.

lunes, 8 de junio de 2009

EL " CHIVO EXPIATORIO "


Eres como un pararillo mojado después de una tormenta,
¡tan frágil!
O como un galgo perdido, errante,
¡tan delgado!

Te pasas la vida jugando,
te impides crecer.
Prorrogas tu infancia indefinidamente,
me pregunto si alguna vez querrás ser adulto.


Te agarras, te incrustas.
Buscas atención, juego,
mejor imagen.
Te va la vida en ello.


Me regalas una sonrisa de oreja a oreja
cuando te dedico un poco de tiempo.
Cuando en mis palabras te sientes otro
y aprendes a soñarte de otra forma.

Pero...

Se te muere esa sonrisa cuando la ves.
El alma te cambia de color.
El miedo se incrusta en tus ojos.

Es tu madre.


Ya no intentas ocultar la verdad.
En tus palabras se escucha resentimiento y resignación,
¡impotencia que me remueve las entrañas!

Tu lógica, diferente.
Tu mundo, único.
Maravilla en la que te encierras
ante el cruel ataque.
No comprendes la razón,
no la hay.
Y buscas un gigante amable
a la sombra del cual sentirte menos sólo.



Me asombra tu dificultad para pedir amor.
Confundes los términos y te dan lo contrario.
Golpes por caricias,
indiferencia por atención.

¡Das tu vida por un minuto de existencia en la mente de otro!

Y recibes más y más golpes.
De la madre, de los otros...
Tu mundo se limita a encajar amenazas,
palizas y burlas.
"Parece que le gusta" me dicen.
"Es lo único que conoce" pienso.

Y como telón de fondo
el incesto.
El abuso como lazo de unión con ella.
El dolor, lo que tú le recuerdas.
El mismo agresor, su padre.

Las mismas consecuencias:
melodía encadenada de sufrimientos,
de abandonos, de rechazos...