lunes, 17 de mayo de 2010

Hay una escena que me obsesiona.

Un niño, un bebé, está acostado en su cuna.

Es noche cerrada. Todo está oscuro pero estoy seguro de que hay esa barrera protectora que existen en todas las cunas.

El niño saca su brazo por uno de los huecos, lo estira al máximo buscando.
Veo el brazo todo regordete del bebé, estirado en la oscuridad más completa, buscando.

No me cabe la menor duda de que está buscando. Espera, espera alcanzar. El brazo está ahí, permanente, tieso, dolorosamente erguido.



43 años de espera. No se cansa. Espera, busca… Toda una vida pendiente de esa respuesta que no llegó, que no le dieron, que nadie podía darle.

miércoles, 5 de mayo de 2010

EL MOMENTO "PRECISO"

Momentos de toma de consciencia.
Intimos, decisivos.

Ves lo absurdo que es « casi » todo.

Descubres
sorprendido
el tiempo que has empleado
en lo que creías importante.
Olvidándote de tí mismo.

Obviando la vida,
las sensaciones,
el placer de sentir,
de estar vivo.

Y lo único importante
es justamente ese momento
esa toma de consciencia puntual
en la que el pasado es verdaderamente pasado,
el futuro, incierto, como debe de ser.
Y sólo existes tú, ahora,
en este preciso momento.


Libertad absoluta en la que descubres
que eres un momento,
un instante.
Un maravilloso segundo
en una historia llena de absurdos
de insensateces, de manipulaciones.

Eres tú lo único que existe,
Eres vida, eres sentido, eres…
Existes
en ese preciso momento.