lunes, 20 de octubre de 2008

Presencia.......

Saqué esta foto en Salamanca. En el monasterio de San Esteban. Si hay una imagen que resuma mi experiencia en esta iglesia, es ésta. Seguramente la menos impresionante a nivel estético, pero es la que habla más de lo que sentí : serenidad, belleza, luminosidad, pureza. Me dije: "esta es la imagen que siento de Dios".


Vacío,
pero lleno, desbordante.

Luz,
mucha;
tanta que te transfigura, instantáneamente, inexorablemente.

Austeridad,
la de la piedra tallada sobre la que el hombre ha sudado, llorado, jurado, sangrado...

Pureza,
la de las líneas ascendentes, que te elevan, te convierten en puro espíritu.

Libertad,
de la que se siente por dentro,
tanto
que te oprime el pecho y quiere salir a borbotones.

Ese es el Dios que experimento,
el que añoro a veces,
el que me da como única palabra arrebatadora
el silencio.


domingo, 5 de octubre de 2008

Una chispa cae en mi pantalón. El que compré barato en las últimas rebajas. Siento cómo el calor se intensifica, se acerca a mi piel. No tenía que fumar. Me hace daño. Noto cómo el corazón me late más deprisa cada vez que enciendo un cigarrillo. Y sin embargo me encabezono en encender, en recaer. Es una droga de la que no soy dependiente y sin embargo vuelvo a caer una y otra vez. Esta vez hacía ya un año y medio. Y, sin saber por qué, he vuelto.

Vuelvo a estar en blanco. En mi espíritu las cosas o se amontonan o no salen. Quiero escribir, necesito escribir. Y algo que sea más que meras reflexiones. Quiero expresar, crear. CREAR.

Es como si fuese incapaz de engendrar. No tengo hijos, quizás nunca los tendré. Tengo familia, tengo amigos… No sé cuánto me durarán. Y si desaparecen, ¿qué me queda? ¿Qué he creado, engendrado, parido? ¿Un recuerdo agradable en la vida de alguien? Voy a ser un recuerdo agradable, ¡simplemente eso!. El amor, el cariño… todo se termina olvidando. Yo seré olvidado porque he sido incapaz de crear.

Porque crear es mucho más que transmitir. Crear es comunicar, dejar en la mente de otros un mensaje, algo que testimonie de una vida, una vida que merezca la pena ser vivida.

Pero no, quizás crear sea simplemente el placer de escribir, o pintar, o inventar… Quedarse simplemente en el placer. Porque tener más pretensiones supondría no disfrutar. Tengo que disfrutar creando, pero ¿cómo?

-Tengo algo que preguntarte abuelo.

-Dime –contesta el abuelo contemplando el hombre que es su nieto-, soy todo oídos.

-Es que, no sé cómo decirte.

El nieto mira hacia el vacío, se retuerce las manos y las neuronas para poder encontrar las palabras, poder explicar al abuelo muerto desde hace tanto tiempo la esencia de su pensamiento.

-Voy a ir al grano. Para ti, ¿qué es crear, abuelo?

Silencio. El abuelo no contesta. Mira también al firmamento, no al vacío. Contempla las estrellas en esa noche clara de agosto. Le pide un cigarrillo al nieto.

-uffffff –sopla echando el humo por la boca- Me encantaba fumar. Fumaba de todo ¿sabes? Cuando tenía tabaco, pues tabaco. Si no, pues cualquier planta seca que me encontraba. La liaba en papel (del barato, por supuesto) y a aspirar y echar humo por la boca.

El abuelo continúa contemplando el universo y fumando. Los minutos pasan. Ninguno de los dos se mueve o se siente incómodo ante ese silencio inesperado. Es como si el tiempo no existiese. Como si el reloj se hubiese parado y sólo hubiese espacio para el humo del cigarro, el del nieto y el del abuelo.

-ufffff. Mira las formas, el movimiento del humo. Contempla cómo sale de mi boca, incluso ahora, cuando estoy hablando. Míralo. Eso es crear. Pura humareda, pura falacia. Crear… es… fumarse un cigarrillo y mirar el humo saliendo de tu boca. Pero verlo de verdad. Un instante y todo cambia. Un minuto y todo ha desaparecido.