viernes, 7 de marzo de 2008

Sobre preguntas, herencias y huellas


Dejar huella de mi paso por este mundo…

Interrogarme sobre la herencia que “los que me preceden” dejan en mí...

La pregunta eterna sobre el sentido de la vida o sobre su sin-sentido...


Muchas frases inacabadas,

muchas preguntas sin respuesta.


Todo es movimiento o

todo es relativo...

excepto las preguntas.


Desde el inicio, parece ser que no hemos avanzado mucho en cuanto a las cuestiones fundamentales del ser humano.

Yo, ahora, a mis años, me pregunto sobre la huella que dejaré en este mundo

y sobre la herencia “inconsciente” que he recibido de generación en generación.


Es posible que las huellas que el hombre pueda dejar en este mundo

sólo sean de dos clases:

la genética, corporal, física, sanguínea

y

la espiritual, inmaterial, sentimental, afectiva.



La herencia que yo dejaré,

la “riqueza” que estoy atesorando para las futuras generaciones,

para mi descendencia.


Será como una huella de perfume en el aire.

Algo agradable, precioso, único,

pero que se desvanecerá en la memoria de los que me conocieron.

Desaparecerá.


Mi linaje,

como el tuyo,

se perderá en la noche de los tiempos

se fundirá en la esencia de la humanidad

en el foso sin fondo al que van los linajes perdidos,

las herencias sin herederos,

las preguntas sin respuestas,

las vidas inacabadas

(todas lo son).


Mis huellas,

como las tuyas,

formarán parte de ese patrimonio de todos,

de ese substrato sobre el que se basa la humanidad:

ese humus invisible

esa energía imperceptible pero fundamental

sobre la que el Hombre se construye,

se eleva, se cree Dios, se hace Dios,

es Dios

porque creador de dioses.


La herencia que dejamos,

es quizás el Amor, el verdadero, el puro...

tanto, tan puro

que es imposible de poseer.


Y formaremos parte de eso que puedo llamar, que ES

el lado divino del hombre.


Porque nada,

NADA,

se pierde.

Todo se transforma y

todo vuelve a su origen.


5 comentarios:

El antifaz dijo...

Las preguntas son absolutas y las respuestas relativas. La herencia, no me preocupa: no pretendo dejar nada a nadie. Yo voy cogiendo de los míos lo que me va dando la gana.
Las huellas me entusiasman. Me gusta dejar mi huella en un sitio y marcharme antes de que empiecen a salir las raices.
Besos.

Jesús dijo...

Ayer decía en una conversación con alguien que no volveré a ver en mi vida que el ser humano necesita, desde la noche de los tiempos, darle un sentido a su paso por esta vida.

Sin un sentido, todo es absurdo.
Quizás en la "herencia" ou "huella" que yo pueda dejar, está encerrado ese SENTIDO... aunque no exista un heredero objetivo, aunque no haya lazos de sangre. ojú en qué calentamientos de cabeza me meto!!!
gracias por dejarme tu comentario.

Anónimo dijo...

Ay amigo!!!!
Para el budismo eso es mu sencillo: lo que acaba pasa a formar parte de la divinidad, se funde con el cosmos y alcanza la verdadera esencia, lo que no acaba entra en de nuevo en la rueda...
Pero la herencia en este mundo, por mínima que parezca, es lo que ha provocado la evolución...así que tu no lo sabrás pero a lo mejor dentro de 100 años alguien sonrie como li hisciste tu un día porque alguien te observó y lo hizo, y otro lo hizo, y su hijo lo hizo...y que sé yo
Besos

Anónimo dijo...

Lirito, fíjate tú que esta entrada estaba dedicada a la "futura madre de mi hijo"... pero al final no lo puse.
Quizás se trate de paternidades en estos momentos, de hijos que no vendrán, de padres que se irán, de huellas en el aire...
besos

Anónimo dijo...

Ahhhhhhhhhhhh, que era pa mi!!!!!

Pues nada es cuestión de vernos, no?
Besos