miércoles, 11 de marzo de 2009

Mi planeta Martos...

Foto: Renan Larzul

Universo denso, espeso.
Mezcla de átomos imbricados que forman una masa compacta.
Seres interdependientes que interrelacionan para huir de la soledad, para crear una falsa sensación de autosuficiencia.
Sensación de asfixia, de ya visto... pero que conforta, que pacifica y que, al mismo tiempo, somete.
Cercanía excesiva que repele la novedad, que promueve el conservadurismo.
Religión estrecha en la que el libre pensador es reo de muerte.
Lenguas emponzoñadas porque "si el río suena..."

Y sin embargo, hay como una nostalgia, como un dolor en mí cada vez que debo dejarte.
Quizás porque no te sufro día a día y porque en tí creé mis cimientos.

Estás en el fundamento de todo lo que he llegado a ser, de lo que soy, de lo que seré.
Vives en mí.
Aún oigo tus cohetes,
huelo tu olor a aceite,
vibro con tus tambores de viernes santo...


Creo que te quiero.
Sí, te quiero porque eres mi pasado.
Y cada vez que voy a verte,
que contemplo tu plaza,
tus calles blancas, estrechas y empinadas, es un retorno al pasado,
un viaje al presente no realizado.

Mi niñez se quedó contigo, mezcla de altares y de sueños de libertad.

Tuve que irme, tuve que abandonarte para poder existir.
Yéndome, me uní para siempre a tu recuerdo, a tus olores, a tus olivos...
Tu masa me ahogaba, la interdependencia era mi muerte, la autarquía de tu comunidad, mi hambre.
Me fuí para poder realizar mi sueño,
¡puro pretexto para el encuentro conmigo mismo!

Tuve que matarme, hacerme el harakiri para poder resurgir de las cenizas de mi tristeza.
Y hoy, lo conseguí, soy un hombre.
Libre, fundamentalmente libre.
Y con un amor clarividente
hacia esas calles empinadas,
esa peña,
ese cielo,
ese aire...

9 comentarios:

Clara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Clara dijo...

Alabo tu valentía, yo nunca fui capaz de cortar el cordón umbilical. Siempre ha habido un motivo por el que permanecer.
Hace tiempo que superé la sensación de asfixia ...creé un mundo paralelo y en él me instalé.

Las raíces siempre aclaman el regreso... es un orgullo presumir de ellas.
Cuídate,
Un beso

(Repito mi comentario por una falta de ortografía)

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Comparto tus sentimientos..cada día que pasa mi querencia hacia mi tierra va en aumento, sus calles, sus plazas, sus olores...MI PEÑA... me acordaré de ti en la tamborrada de Viernes Santo. Un abrazo

Tormenta. dijo...

y siempre nos quedará las vacaciones, las fiestas navideñas para volver y etecétera..
está claro cada uno tira pa su tierra, por muy lejos que esté de ella..
besos guapetón!.

Helena dijo...

Leí un comentario tuyo en un blog amigo y e venido de visita....seguramente volvere. Un beso.

El antifaz dijo...

¿hay un planeta que se llama asi?
Joder. Los que están fuera, deseando volver. Los que están dentro, deseando salir.
Jajajaja.... me parto.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Igualmente he quedado impresionado de tu blog y de tus letras. Esta entrada me resulta tan comprensible...lo he vivido varias veces. Escribes muy muy bien, y yo tambien te seguire leyendo.
Un saludo.

Allek dijo...

pasaba a saludarte... y a acompañarte en este viaje...
un abrazo

BlueMoon dijo...

Así me siento yo también cuando se terminan mis visitas a la tierra que me vió nacer... y la cual espero que me vea morir.
Un besote.